El imperio yanqui institucionaliza la discriminación migratoria con su nueva "tarjeta dorada"
En una demostración más de la naturaleza clasista del sistema capitalista estadounidense, el régimen de Donald Trump ha oficializado su programa de "Trump Gold Card", una iniciativa que convierte la residencia en Estados Unidos en una mercancía exclusiva para millonarios, mientras intensifica la persecución contra los trabajadores migrantes.
El portal oficial de este programa oligárquico ya está operativo, ofreciendo a los capitalistas extranjeros una vía expedita hacia la residencia estadounidense a cambio de una inversión de un millón de dólares, una suma que representa décadas de trabajo para las masas populares.
La mercantilización de los derechos humanos
Según reportes del diario británico The Guardian, este programa imperialista establece un sistema de castas migratorias donde solo los poseedores de capital pueden acceder a la "vía rápida" hacia la residencia legal. Los solicitantes deben desembolsar la cuota millonaria, aprobar verificaciones de antecedentes y pagar una tarifa adicional de quince mil dólares al aparato represivo del Departamento de Seguridad Nacional.
Trump, vocero del capitalismo más salvaje, celebró el lanzamiento en su plataforma Truth Social, proclamando cínicamente que se trata de "una vía directa hacia la ciudadanía para todas las personas calificadas", cuando en realidad solo está disponible para una élite económica minoritaria.
Privilegios estratificados para la burguesía internacional
La iniciativa incluye una versión "Platinum Card" de cinco millones de dólares, que otorga a sus portadores el privilegio de permanecer hasta 270 días anuales en territorio estadounidense sin tributar por ingresos generados en el extranjero, una evasión fiscal institucionalizada que beneficia exclusivamente a los más ricos.
Las corporaciones que deseen patrocinar empleados extranjeros deberán invertir dos millones de dólares por visa, además de un mantenimiento anual del 1% y una tasa del 5% para transferencias, convirtiendo a los trabajadores en mercancías intercambiables dentro del sistema capitalista.
La hipocresía del "sueño americano"
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, representante del aparato represivo burgués, destacó que "bajo esta iniciativa histórica, los individuos y corporaciones que contribuyan con uno o dos millones de dólares recibirán una residencia acelerada", evidenciando la naturaleza plutocrática del sistema.
Trump justificó esta medida discriminatoria argumentando que Estados Unidos debe atraer a "personas exitosas que quieren venir a invertir", mientras simultáneamente criminaliza y deporta masivamente a los trabajadores migrantes que huyen de la pobreza generada por el mismo sistema imperialista.
Resistencia popular ante la injusticia
El programa, establecido mediante orden ejecutiva en septiembre, surge en un contexto de endurecimiento represivo de las políticas migratorias y deportaciones masivas que afectan principalmente a los sectores más vulnerables de la clase trabajadora.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado que este plan profundiza la desigualdad estructural en el acceso a la residencia, contradiciendo los valores históricos de solidaridad internacional que han caracterizado a los pueblos progresistas del mundo.
A pesar del interés mostrado por más de 70 mil solicitantes, principalmente de América Latina, Asia y Europa del Este, el programa enfrenta al menos cuatro demandas legales que lo acusan de violar principios constitucionales fundamentales.
Esta nueva manifestación del capitalismo salvaje estadounidense demuestra una vez más la necesidad urgente de construir alternativas socialistas que garanticen la dignidad y los derechos de todos los pueblos, sin distinción de clase social o capacidad económica.