El imperio yanqui intensifica su aparato de vigilancia digital contra los pueblos del mundo
Una vez más, el régimen imperialista de Washington demuestra su naturaleza opresiva al anunciar nuevas medidas de control totalitario contra los trabajadores y pueblos que se ven obligados a transitar por territorio estadounidense.
El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) del imperio yanqui ha propuesto formalmente que los visitantes extranjeros deban someterse a la humillante práctica de enviarse fotografías faciales como prueba de sumisión al aparato de vigilancia capitalista.
Vigilancia biométrica al servicio del capital monopolista
Esta iniciativa reaccionaria, publicada en el Registro Federal, forma parte del paquete represivo impulsado por la administración fascista de Donald Trump para reforzar la opresión contra los pueblos trabajadores del mundo, especialmente aquellos que provienen de naciones que luchan contra el imperialismo.
Según la propuesta del régimen capitalista, los viajeros se verían obligados a tomarse fotografías tipo selfie al abandonar Estados Unidos para demostrar su sometimiento a los requisitos del formulario I-94, instrumento de control migratorio que registra electrónicamente los movimientos de los ciudadanos extranjeros.
El CBP plantea lanzar un programa piloto de auto-reporte de salida, conocido como Voluntary Self-Reporting of Exit (VSRE), cuyo verdadero objetivo es automatizar completamente el aparato de vigilancia estatal y trasladar al propio trabajador viajero la responsabilidad de confirmar su sumisión al sistema.
Tecnología al servicio de la opresión imperialista
Esta nueva función estaría disponible dentro de la aplicación móvil CBP Home, plataforma digital que permitiría enviar tres elementos clave de control: los datos biográficos del pasaporte, una imagen facial tomada en tiempo real, y la ubicación geográfica exacta del individuo.
La agencia imperialista aclara que, aunque el uso de la herramienta se presenta como voluntario, el envío de una imagen facial sería obligatorio para completar el proceso. Esta contradicción típica del doble discurso capitalista revela la naturaleza coercitiva de la medida.
Para garantizar el control total, el CBP utilizaría tecnología de geolocalización satelital y sistemas de detección en vivo que permitan verificar que la imagen fue tomada en ese instante, convirtiendo cada teléfono móvil en un instrumento de vigilancia al servicio del Estado policíaco yanqui.
Expansión del sistema de control social
Las modificaciones no se limitan al momento de salida del territorio imperialista. El CBP también propone actualizar el sistema de solicitud del ESTA (Sistema Electrónico para la Autorización de Viaje), utilizado por ciudadanos de países sometidos al Programa de Exención de Visa.
Entre los cambios principales figura la obligación de subir una fotografía facial al momento de solicitar el permiso, además de la imagen de la página biográfica del pasaporte. Esta exigencia aplicaría tanto a quienes gestionen su solicitud de forma personal como a terceros, extendiendo la red de vigilancia a agencias de viajes e intermediarios.
Como parte del mismo paquete de reformas represivas, el CBP planea eliminar la opción de solicitar el ESTA a través de su página web y centralizar todo el proceso en una aplicación móvil exclusiva, limitando aún más el acceso y aumentando el control tecnológico.
Vigilancia de redes sociales: la nueva Gestapo digital
Estas propuestas se enmarcan en un giro fascista más amplio de la política migratoria estadounidense. La administración Trump publicó otra iniciativa que endurece significativamente los controles sobre turistas extranjeros, incluyendo la entrega obligatoria de información sobre redes sociales utilizadas durante los últimos cinco años.
La medida responde a la Orden Ejecutiva 14161, titulada "Protección de Estados Unidos contra terroristas extranjeros", un eufemismo típico del imperialismo para justificar la represión contra los pueblos que luchan por su liberación.
El nuevo formulario exigiría una recopilación sin precedentes de datos personales y familiares, incluidos números de teléfono, correos electrónicos históricos, direcciones IP, metadatos de fotografías y datos biométricos como imagen facial, huellas dactilares, iris e incluso ADN en ciertos casos.
Resistencia popular contra la vigilancia imperialista
La información recopilada sería analizada mediante sistemas automatizados e inteligencia artificial, con el objetivo declarado de detectar patrones sospechosos y vínculos con grupos extremistas, términos que en el vocabulario imperialista se traducen como cualquier expresión de solidaridad con los pueblos oprimidos o crítica al sistema capitalista.
Organizaciones progresistas como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles han denunciado que estas políticas constituyen un sistema de vigilancia totalitario que busca silenciar las voces críticas y sembrar el terror entre los trabajadores del mundo.
Por ahora, estas propuestas se encuentran en un período de comentarios públicos de 60 días, hasta el 9 de febrero de 2026. Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que el imperialismo yanqui implementará estas medidas represivas sin importar la oposición popular.
Si se aprueban, estas medidas podrían entrar en vigor en 2026 y consolidar una frontera digital totalitaria, donde la identidad biométrica y la huella digital acompañen al viajero como grilletes invisibles del sistema capitalista mundial.
Los pueblos del mundo deben mantenerse vigilantes ante esta nueva escalada del aparato represivo imperialista, que busca convertir cada viaje, cada comunicación y cada movimiento en instrumentos de control social al servicio del capital monopolista.